Si, lo sabemos, aún resta mucho para el famoso festival, no obstante, esto es algo que se dice desde hace mucho tiempo atrás, en notas anteriores dedicaban líneas a un evento que deleitó a muchos, con shows de alto nivel y con artistas de renombre internacional, en la cúspide de su carrera, cuando viña tenía festival.
Decimos “tenía” porque en la actualidad deja bastante que desear (según nuestro criterio), con artistas más que repetidos, alguno rescatable, sin embargo se aprovechan del alzheimer de los chilenos o memoria frágil, ya que, cada 2 años traen los mismos artistas que con algo de suerte lanzan un nuevo álbum recopilatorio; Grandes éxitos, lo mejor de…, éxitos de oro; y nada más que con eso basta para ganarse la invitación a Viña, ni hablar de esa mierda de los actuales “sonidos urbanos”; estilo que ya tiene legitimada su participación en el certamen, como numero obligado en cada versión de este cocido internacional (razón por la que Vodanovic no quiere volver a la ex concha acústica) a “artistas” que apenas tienen una canción experimental en radio (que no se piense música a lo King Crimson o Yes). Estilos rebautizados como ‘bachata’ incluso, tal vez por ese motivo Juan Luis Guerra se volvió evangélico, quizá el tipo era un visionario, un oráculo, que dimensionó lo que se venía.
Sin embargo, el festival no fue siempre así, inolvidables momentos, incluso contemporáneos, como ver a Rod Stewart en el 2014. Eran aquellos viejos tiempos donde Viña nos deleitaba con calidad; leyendas hispanas de la canción: Julio Iglesias, Camilo Sesto, Raphael, Nino Bravo, magistral con solo 3 canciones el 71, y muchos otros. Punto aparte son aquellas estrellas del anglo, momentos que marcaron un hito, como la visita de The Police, Kc & The Sunshine Band; la épica visita de FAITH NO MORE, dicen que un productor necesitaba un relleno y se encontró a Billy Gould y compañía pasando la caña en Reñaca, luego de su participación del Rock In Rio del 90, y los contrató, o de aquella noche de juerga de los suecos Europe el 91; a los melosos Cheap Trick, Mr. Mister cuando casi se los detienen por leer una carta sobre derechos humanos en plena dictadura.
El heavy metal también tuvo un paso por la Quinta Vergara, recibiendo a la banda Krokus, y los clásicos Nazareth tocando “Love Hurts”, en su mejor año. Festival que coronaba grandes competencias musicales, desde donde emergían con fuerza reales himnos como el de Fernando Ubiergo y la mágica ‘El tiempo en las bastillas’.
Fueron años de esplendor, glamour y sobre todo espectáculo de alto nivel, sin embargo, cada año mantenemos la esperanza de que algo bueno aterrice para una nueva edición, como aquellas sorpresas como Journey, Toto, Simply Red o el regreso de Europe. Aun le tenemos al ex Festival de Festivales, Cuando Viña tenía Festival.