La vuelta a los 90 con la fuerza nostálgica y una lección de buen hard rock
Las despedidas siempre tienen mucho de ritual. Una suerte de ceremonia para los convocados, y en el rock ese rito no siempre se cumple como tal. A veces efectivamente son ciertas. En otras en teoría lo son, pero al tiempo algunas bandas deciden que es bueno regresar. Otras han usado el recurso como un mero gancho comercial para apelar a la nostalgia de los convocados. Pero para quienes son absolutos feligreses de alguna banda, poco importa si es que es realmente la última oportunidad para ver a esa banda en vivo o no. Estarán sí o sí, en cualquier circunstancia, bajo truenos y relámpagos, ya sea en una despedida o en un eventual regreso desde el más allá.
En esta ocasión quienes convocaban a una despedida eran los californianos Mr. Big en una gira llamada “The Big Finish Tour” y que los tiene rodando desde julio de 2023 con presentaciones en Asia, Norteamérica, Europa y Sudamérica. Una banda formada en Los Ángeles en 1988 dentro de esa enorme corriente de hard rock y glam metal de finales de esa década, y que publicó su primer álbum en 1989. Pero sería su siguiente álbum “Lean Into It” y la power ballad “To Be With You” lo que les daría reconocimiento internacional, y que fue precisamente el álbum que en este tour de despedida decidieron interpretar en su totalidad para el deleite de sus fanáticos.
El compañero de gira en este último tour de Mr. Big fue Sebastian Bach, histórico vocalista de Skid Row, una de esas bandas que automáticamente se asocia a la misma época de los californianos dentro de la corriente del glam metal de fines de los 80’s y comienzos de los 90’s. Esta vez, ya fuera de Skid Row, Sebastian Bach llegaba a Chile con su propia banda para recordar también los clásicos de la etapa dorada de aquellos días.
La cita fue el pasado viernes 3 de mayo en aquel templo que es el Teatro Caupolicán. ¿Cuántas bandas hemos visto en este lugar? ¿Cuántas anécdotas recorren sus pasillos y muros? Anécdotas que seguramente la mayoría de los convocados a esta jornada comentaron en la previa de los shows, porque muchas veces las despedidas invitan a esto. A recordar el paso del tiempo, a más de 30 años de que ambas bandas consiguieran el éxito dentro de un movimiento plagado de agrupaciones que en su momento rotaban con regularidad en las parrillas radiales y los programas de videomúsica para adolescentes ávidos de ese hard and heavy rock y glam metal bien callejero, pero al mismo tiempo tan melódico que lograba colarse sin problemas entre adeptos y seguidores ocasionales.
A las 19:00 hrs. abrieron la jornada los chilenos QueenMilk, quienes tienen como vocalista a Paulo Domic, un veterano en las lides del heavy y el hard rock en Chile. Tuvieron la misión de dejar bien en alto el hard rock chileno. A medida que el recinto comenzaba a colmarse de fans, los nacionales dejaron claro el por qué eran el grupo indicado para este evento. En una corta, pero intensa presentación QueenMilk encendió el escenario con temas como “Golden Silver”, “Wounded Mind”, “The World Is Yours”, “Hold The Fire”, “Sweet Love”, “Nowhere” y “Smash”, con un hard rock ochentero bien prendido y que a ratos, principalmente por el estilo de su guitarrista Rodrigo Mora, recuerda también al hard rock con esas raíces blues rock de los setentas. Cerraron su presentación en un Caupolicán que los ovacionó reconociéndolos como parte de ese legado que vendría también más tarde.
Tras unos minutos de espera para cambio de equipos en el escenario, a las 20:00 hrs. hace su ingreso Sebastian Bach y sus músicos, quienes tienen tras de sí un enorme telón nos lleva a los años de “Slave To The Grind”, aquel famoso segundo álbum de Skid Row lanzado en 1991, y que por supuesto tendría su espacio durante la presentación. Rememorando en gran parte del setlist los clásicos de sus dos primeros trabajos en Skid Row, junto a algunos temas de su carrera solista y un par de covers que los fanáticos también corearon, Sebastian Bach nos demuestra que, como él mismo señaló, sigue rockeando a sus 56 años con esa energía juvenil que siempre lo ha caracterizado.
Desde los temas más potentes como “Here I Am”, “Sweet Little Sister”, “Slave To The Grind”, “The Threat”, “Rattlesnake Shake” y “Monkey Business” a las power ballads “18 and Life” y “I Remember You” nos lleva a recordar esos días de glorias del glam metal de finales de los 80’s. “American Metalhead”, un tema que fue rebautizado acá como “Chilean Metalhead” también estuvo presente. Una banda afiatada, músicos que manejan los códigos del estilo a la perfección y que si bien destacan por sí mismos en la interpretación, es Sebastian Bach quien demuestra el por qué lleva años de circo. Es de esos frontman que realmente funcionan como maestros de ceremonia.
Cerca del final también hay espacio para recordar a grandes leyendas del rock como Ronnie James Dio, Lemmy Kilmister y al prodigioso baterista Neil Peart interpretando “Tom Sawyer” de los canadienses Rush. Para el cierre dejaron la solicitada “Youth Gone Wild” de su ex-banda Skid Row, quizás uno de los temas más coreados y ovacionados de la noche. Notable cierre tras 80 minutos de presentación y que dejó a todos los asistentes con la sensación de que hay Sebastian Bach para rato, por la energía y vitalidad que aún derrocha sobre el escenario, y por conservar en buena forma su calidad vocal tras 35 años de carrera musical.
Nuevamente hubo espacio para el descanso y el cambio de equipos sobre el escenario. El ambiente ya se sentía con el ánimo para disfrutar de quienes convocaban. Resulta curioso observar la multitud que Mr. Big congrega en Chile. Si observamos a los fanáticos del hard heavy rock en general, podríamos decir que su público es bastante heterogéneo en cuanto a gustos, aunque la gran mayoría comparte un ethos generacional. Muchísimo público de mediana edad, y entre ellos algunos y algunas más jóvenes, tal vez como un gusto que ha sido traspasado de padres a hijos, o de hermanos mayores. No pocos también llegan convocados por el virtuosismo de sus músicos.
A las 21:45 cambia la iluminación del Teatro y comienza a sonar de fondo The Ramones y su emblemático tema Blitzkrieg Pop como anticipo de lo que se viene. Al finalizar el tema el público entra en euforia al ingresar los músicos al escenario. Mr. Big abrió su setlist con “Addicted To That Rush”, de su álbum debut homónimo de 1989, mientras los músicos se desenvuelven con soltura sobre el escenario y un enorme telón de fondo con el nombre de la banda. Continuaron con “Take Cover” de su cuarto álbum “Hey Man” de 1996 y luego con “Price You Gotta Pay” de su tercera placa “Bump Ahead” de 1993. Tres temas iniciales que marcaron presencia inmediata de ese hard rock bien melódico, y al mismo tiempo con músicos de reconocido talento en sus instrumentos.
Y luego de ello, a lo que nos han convocado. Somos testigos de la ejecución completa de su segundo álbum “Lean Into It” de 1991, aquella placa que los hizo saltar al reconocimiento internacional. Eric Martin en voces, Paul Gilbert en guitarras, Billy Sheehan en bajo eléctrico y Nick D’Virgilio en batería, en el puesto de Pat Torpey, el histórico baterista de Mr. Big. Uno tras otro suceden los clásicos de este álbum, prácticamente sin pausas. Todos saben qué es lo que viene, y la atención y sorpresa, más que en el setlist, se concentra en la ejecución y la vibra de los músicos sobre el escenario.
Desde “Daddy, Brother, Lover Boy”, pasando por “Never Say” Never”, la balada “Just Take My Heart” y “Road To Ruin”. Los 11 tracks de esa placa ejecutados con la vitalidad y energía de antaño, pero con la experiencia de la trayectoria. Para el cierre de la ejecución de este álbum, Mr. Big baja las revoluciones y nos trae un clásico radial de aquellos : “To Be With You” convierte al teatro en un karaoke y luego, para dar continuidad a ese momento de guitarras suaves llega “Wild World”, cover de Cat Stevens y que Mr. Big incluyera en su álbum “Bump Ahead” de 1993. El Teatro nuevamente fue testigo de uno de esos temas que han trascendido géneros, el cual fue coreado por todos los asistentes en uno de los instantes de mayor conexión con la banda.
Tras ello, llegó uno de los momentos más esperados por aquella fanaticada que se siente convocada también por el lado más virtuoso de sus integrantes. Lo que en las presentaciones de algunas bandas es más bien el espacio para que los músicos se tomen un breve descanso, en Mr. Big es parte importante del atractivo de la banda. Es el instante en que Paul Gilbert realizó un solo de guitarra en que hizo gala de su excelente técnica en distintos estilos, la que siempre está al servicio de la música y no por mero virtuosismo. Luego de ello interpretaron en conjunto “Colorado Bulldog”, vibrante y energético tema que abre su placa “Bump Ahead” para luego dar paso al solo en bajo de Billy Sheehan que a más de alguno dejó absolutamente sorprendido por su soltura y exquisita técnica.
Nos acercamos al final del show, y para ello Mr. Big nos entrega algunos covers que dan cuenta de sus influencias. Pasan “Shy Boy” (Telas), “30 Days In A Hole” (Humble Pie), Good Lovin’ (The Olympics), momento en que intercambiaron roles (Sheehan en voces, D’Virgilio en guitarra, Gilbert en batería y Martin en bajo), para finalizar con Baba O’Reily (The Who), con un Caupolicán coreando y en júbilo, a sabiendas de que ese era el final, cerca de las 23:40 hrs. Una fotografía de rigor de la banda con el público como telón de fondo y una bandera chilena que asomó con la leyenda de Mr. Big y Coyhaique escrita en ella. Una demostración de que los fanáticos de Mr. Big, aunque no siempre visibles, están en Chile hasta en los lugares más recónditos de nuestra geografía.
Reseña: Carlos Barrientos @vortexmedia.cl (STAFF RADIO SONATA @sonataradio)
Fotografías: Rubén Gárate @brutal_pebre_