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El viernes 23 de agosto, la legendaria banda italiana Bulldozer desató un auténtico vendaval en la Sala RBX

Carlos Barrientos – @vortexmedia.cl

Fue una noche memorable para los fanáticos del metal más puro y crudo, ese de viejo cuño que nos lleva a las raíces de un movimiento que comenzó a forjarse a finaless de los 70s con los británicos Motörhead, los pioneros Venom, y luego otras como Hellhammer, Celtic Frost, Bathory, y Bulldozer, por mencionar sólo a algunas, le dieron forma a lo que a mediados de los 80’s era sencillamente metal extremo, la forma más radical del heavy metal reinante en aquellos años.

Bulldozer nos invitó a celebrar las cuatro décadas (en estricto rigor 39 años) de su más recordada obra llamada de “The Day Of Wrath” y para ello completaron el cartel las bandas nacionales Abysmal Death (Viña del Mar, 2019), Saviour (Santiago, 1992) y Demoniac (Limache, 2011). Todo comenzó con puntualidad a 20:00 hrs. con Abysmal Death abriendo la jornada y una sólida presentación para un pequeño pero entusiasta grupo de bangers que llegó a la sala con antelación. Sólidos 25 minutos de show de un death metal directo y al mismo tiempo con algo de groove dado por la tonalidad de sus guitarras.

Luego de 20 minutos de receso, comenzó la presentación de Saviour, clásica banda del underground metalero de los 90’s, que se separó y resurgió en 2014 con nueva formación manteniendo a dos de sus integrantes históricos. En sus 25 minutos de presentación, interpretaron temas de sus dos trabajos de esta nueva etapa (Mystical Perpetual Sleep [EP], 2015; Memories Of A Spirit Sentence [LP], 2020). Death Metal old school, pero con sonido actual es lo que nos mostró Saviour, en una sala que ya comenzaba a llenarse de metaleros.

Tras un breve, pero necesario receso para recargar energías, se suben al escenario Demoniac, una banda que viene destacándose hace ya un buen tiempo en la escena nacional y que los ha llevado a presentarse incluso hace poco tiempo en el Hellsinki Metal Festival en Finlandia. Thrash Metal enajenado, rabioso, acelerado al máximo, y que casi no da tregua, pero que cuando lo hacen incorporan texturas y tonalidades poco usuales en bandas de su estilo, lo que los ha llevado a ganarse un lugar en particular. En unos 40 minutos de presentación consiguieron encender al público que ya tenía al RBX prácticamente en su máxima capacidad. Actitud y entrega de una banda que viene trabajando muy bien.

Finalmente llegó el turno de Bulldozer (Italia, 1980) en su tercera presentación en Chile, las anteriores en 2014 y 2018. La banda, conformada por Alberto Contini “AC Wild” (voz y bajo eléctrico), Andrea Panigada “Andy” (guitarra eléctrica) y Emanuele Collato “Manu” (batería) abrió la noche con “The Exorcism”, aquella demoniaca introducción de “The Day Of Wrath” (1985), su debut discográfico, y que marcó pauta de lo que sería un concierto implacable. Desde los primeros acordes de “Cut-Throat”, el siguiente corte, el público fue arrastrado por la intensidad de Bulldozer, que prácticamente no dio descanso. Continuaron el set con el tema “Insurrection Of The Living Damned”, con esa atmósfera cruda y agresiva que lo caracteriza, en una descarga de riffs de Andy y la poderosa batería de Manu.

“Fallen Angel” prosiguió para mantener en alto la descarga de metal en estado puro, uno de los momentos más destacados de la noche. fue la interpretación de “The Great Deceiver”, una canción que comienza con un mid-tempo, pero que rápidamente desemboca en la esencia de Bulldozer: velocidad, agresividad y actitud old school. “Mad Man” es el tema que cierra la primera parte de su presentación, en la que hemos presenciado los 6 primeros cortes de “The Day Of Wrath”, manteniendo la energía en lo más alto, con la banda mostrando una ejecución impecable y una conexión innegable con el público, que repletó la Sala RBX, y generó continuos stage diving entre los fanáticos de la primera línea del público, desde inicios del show, y mosh entre los fanáticos más enardecidos en el centro de una sala repleta, a máxima capacidad. Da gusto ver que un show como este tenga este nivel de respuesta en la concurrencia. Nos señala con claridad que el underground old school sigue ávido de presenciar a sus máximos exponentes.

Tras un breve descanso, AC Wild -envuelto en su icónica capa negra- señaló que continuarían el set con temas de “The Final Separation” (1986), segundo álbum de estudio de su breve, pero crucial discografía.

La segunda mitad del concierto no fue menos intensa. Con temas como el que le da título a ese trabajo, “The Final Separation”, y los siguientes “Ride Hard – Die Fast”, “The Cave” y “Never Relax!”, Bulldozer dejó claro el por qué siguen siendo una referencia ineludible en la escena del metal extremo desde sus comienzos. La interpretación de “Sex Symbols’ Bullshit” y “Don’t Trust the ‘Saint'” fueron un mazazo directo de energía y actitud old school, que resonó fuertemente en la audiencia y que AC Wild y compañía agradecieron genuinamente conmovidos por la efervescencia de los fanáticos asistentes y recordando también su primera visita en 2014, en el marco del Evil Confrontation Festival en Santiago. El fin de la segunda mitad del set llega con “The Derby”, único tema de su tercer álbum “IX” (1987) interpretado en la jornada, presentado por AC Wild con una dedicatoria a los fans barras bravas del football.

El final del set llegó con una de las canciones más pedidas durante todo el show. AC Wild abre en el escenario una botella de whisky y tras beber y compartirlo con sus compañeros de banda, todo el público sabe lo que se viene. Es “Whisky Time” del álbum “The Day Of Wrath”, un clásico instantáneo de su repertorio y que fue probablemente el tema más esperado de la noche. Vendaval de moshs y stage divings sucedieron tras los acordes de uno de los temas más apreciados del repertorio del metal extremo, y por qué no decirlo, al mismo tiempo coreable y que genera una conexión instantánea con el público.

Para despedirse, Bulldozer escoge un tema que AC Wild lo presenta como lo primero que tocaron juntos con Andy cuando formaron la banda. Es el turno de “Overkill”, ese clásico incombustible que Bulldozer elige para tributar a Motörhead y cerrar la noche con una explosión de pura adrenalina. La versión de “Overkill” es en el fondo un sincero homenaje a una de sus mayores influencias de manera magistral, dejando al público en un estado de absoluta euforia, a sabiendas de que era el fin del show, que se extendió por aproximadamente 75 minutos.

Bulldozer demostró una vez más el por qué es un pilar fundamental de los inicios del metal extremo. Con una ejecución impecable y una energía arrolladora, Bulldozer brindó a los fanáticos una noche en la que todos salieron satisfechos por haber vivido un nuevo encuentro con la historia del metal extremo. Sin ninguna parafernalia o elemento distractor sobre el escenario, Bulldozer nos confirma que es capaz de conectar con el público, con sencillez y carisma, demostrando que la energía de sus inicios sigue viva. Metal extremo en su forma más pura, sin apellidos. Ese que se nutre directamente de bandas como Venom y Motörhead, y al que Bulldozer contribuyó en los 80s para sentar las bases de estilos de metal extremo que se desarrollaron con posterioridad.

Fotos: Rubén Gárate – @brutal_pebre_

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